jueves, 29 de noviembre de 2007

¿Amigos? Hasta en el infierno

A lo largo de este fin de semana he leído con atención un interesante intercambio de impresiones entre tic616 y Director de Sistemas en sus respectivos blogs sobre el peso de las relaciones personales a la hora de contratar/vender un servicio o producto.

Tic616 comenta, un poco desilusionado o frustrado, como su cliente ha acabado seleccionado como proveedor de servicios a una empresa cuyo responsable de cuenta es el cuñado del consejero delegado, haciendo oídos sordos a las recomendaciones de la empresa de Tic616 y a sus propios Director de Informática y Director de Compras, pues esta empresa seleccionada está limitada a su marca de HW, mientras que la otra es más independiente.

Director de Sistemas, por otro lado, matiza que si bien idealmente las relaciones personales no deberían influir en las decisiones empresariales, en determinados casos, si seleccionamos el producto de un proveedor con el que exista una relación familiar o de amistad, siempre será más fácil que resuelvan nuestros problemas. Por supuesto que estamos hablando de casos en las que las distintas ofertas sean comparables.

No puedo evitar reconocer que Director de Sistemas tiene su punto de razón, y que la experiencia confirma que un acceso más o menos directo a la cúpula de tu proveedor te garantiza un mejor servicio.

Con todo, lo que no me parece bien es que para que te atiendan bien en este país necesites tener un contacto o relación con tu proveedor más allá de la meramente profesional. Ya decía mi abuelo que uno necesita amigos hasta en el infierno.

Y es que en este país, hasta para que te saquen una muela sin dolor necesitas un amigo dentista. Lo malo es que la mayoría de mis amigos son ingenieros, y aunque los quiero mucho, espero que no se ofendan si digo que me gustaría que alguno fuera electricista, cerrajero, sastre, albañil, fontanero…pues sin amigos en los distintos gremios proveedores de servicios uno está verdaderamente abandonado al destino, y eso, sencillamente, no me parece lógico.

Pero mientras cambias las cosas en nuestro país, brindo mi amistad a los albañiles, carpinteros y fontaneros que la quieran!!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

y se te ha olvidado el que tiene un taller mecánico.

Efectivamente yo trataba de matizar que si bien lo ideal es la objetividad absoluta, conseguirla es muy difícil. Y finalmente, esa relación que puedo ayudar a inclinar la balanza tiene o puede tener sus ventajas. Estoy de acuerdo en que es triste o preocupante que suceda así, especialmente en relaciones entre empresas, pero al final tratan las personas, y este comportamiento es humano.

De hecho, incluso dentro de una misma empresa, si el que te pide algo tiene mejor relación contigo o puede ser más interesante mantener mejor relación, se llega a modificar la priorización de tareas.

Por cierto, gracias por pasar por el blog.

Jose Ramón Romero Roldán dijo...

!qué razón tienes! Y no sé cómo se me ha olvidado, pues ahora me va a caer una buena factura del taller :-(

Gracias a tí por tu comentario. Soy asiduo de tu blog, aunque más bien de oyente. Te promento ser participativo en otra ocasión.

luis.[tic616] dijo...

y no os olvidéis de tener un amigo informático ;-))

Jose Ramón Romero Roldán dijo...

eso, eso, para que nos arregle la plancha ;-)